Lic. Roberto Horacio Casanova: Desde la lógica punitiva hacia la mediación del conflicto.

Los aglomerados urbanos conforman y presentan conflictivas sociales de los modos diversos. Dígase ciudad o urbe, se plantean realidades socio-espaciales cambiantes, que en la actualidad despliegan distintas realidades, sostenidas en una lucha de discursos de poder. Malestares entre los sujetos, los grupos, sectores, clases, que se ven influidos por las geografías y la arquitectura de la ciudad. Estamos pensando así en la vida en la ciudad como una encrucijada en las cuales las calles, rutas, puentes, vías de paso, son pensados como canales donde se pone en juego intereses y reclamos de los individuos y agrupaciones. La vida en la ciudad es característica en sí misma, variando en cantidad de habitantes, en su diagramación, en las políticas urbanas, etcétera, que tendrán resonancias en la convivencia, en las representaciones sociales, en las asignaciones de sentidos, en el acceso a derechos e intereses.

Se propone entonces un debate, una discusión en torno a modos de afrontar el reclamo social y su conflictiva en el marco espacial de las ciudades de Argentina. Es pensar a la ciudad en su variante de espacio político donde se despliegan discursos, pugnas de poder, luchas y reclamos de individuos, sectores  y grupos. Espacios a los que la protesta social se adapta, y donde las autoridades buscan crear una regulación, que sin dudas, sostendrá algún tipo de interés de ciertos grupos de poder dominantes.

Con estas variables en cuenta se desplegará a continuación un abordaje de la conflictiva desde una lectura psicosocial. De la lectura de cuatro proyectos de ley de regulación de la protesta social se ha de elaborar aquí una serie de reflexiones en las que se problematizan las características de cada uno de ellos. Se plantearán dificultades de aplicación a nivel normativo y/o socio políticos; haciendo hincapié en factores de índole psicológica que podrían estar en juego de fondo, como variables inevitables a la hora de pensar los vínculos sociales y políticos de los sujetos parte de una comunidad. Desde el modo de presentación que aquí se plantea, se piensa necesario realizar un recorrido por cada uno de los proyectos presentados. Revisando las propuestas en un orden –desde una lectura propia- de mayor penalización de la conducta hasta arribar al concepto de mediación obligatoria. Paso siguiente será presentar un desarrollo más pormenorizado del concepto de mediación conjuntamente a la denominada intervención penal mínima.

Se cree relevante esta temática seleccionada, ya que desde la ciencia psicológica es factible intervenir con aportes que logren complejizar y observar cuestiones que ahonden profundamente y no se ciernan puramente a lo manifiesto. El juego de poder en todo esto queda demarcado como en toda decisión política en una comunidad; entonces es la mirada clínica y la ética de nuestra profesión la que podría signar de un modo diferencial aquellas decisiones que un grupo pueda implementar o proponer. Los discursos de poder están plasmados -y eso trabajaré aquí– en los proyectos de ley que se analizarán a continuación. Desglosar estas estructuras es un primer paso a fin de no acallar voces y no ser parte –con el silencio o una posición “apolítica”– de un modelo que anule, someta y controle en base a intereses mezquinos a sectores postergados históricamente en nuestra región.

Se plantea aquí una problemática social en la cual al profesional de la psicología se le presenta un campo en el cual puede intervenir a la hora de generar formas de participación más activas, comunicativas y responsables por parte de los sujetos; a la par de una labor de contención comunitaria. Favorecer a través de distintas herramientas, según sus saberes científicos la reducción de riesgos existentes en estas situaciones conflictivas. Pensar al psicólogo forense en un rol de mediador, efector y planificador que permita el diálogo y la comunicación entre los distintos grupos de la comunidad a fin de llegar a una resolución posible que respete la subjetividad y derechos de todos los sectores.

Artículo completo en:

Desde la lógica punitiva hacia el concepto de la mediación del conflicto

CLIMA, CONFLICTOS Y VIOLENCIA EN LA ESCUELA

AUTORÍA
Luis A. D’Angelo, Daniel R. Fernández.
Colaboradores
Gabriel Noel, Daniel Pedro, Vanesa Corvaro, Marta Ferressini, Mariela Arias, Patricia Fautario y María Elena Rey.
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) –
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO),
«La temática de la violencia en las escuelas se ha instalado en la opinión pública desde hace varios años y su tratamiento es recurrente en los medios masivos de comunicación. Sin embargo, en la Argentina existen pocos estudios de investigación que aborden la problemática en su complejidad, ocupándose de su etiología, de las distintas modalidades que adopta y de las consecuencias que tiene en los establecimientos educativos. En este contexto, adquiere una particular relevancia la publicación Clima, conflictos y violencia en la escuela, realizada a partir de la investigación que lleva adelante UNICEF.»…

Guía Federal de Orientaciones 2. Reflexión.

PARA LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN SITUACIONES COMPLEJAS RELACIONADAS CON LA VIDA ESCOLAR

Coordinación de Materiales Educativos
Coordinador: Gustavo Bombini
Responsable de Publicaciones: Gonzalo Blanco
Corrección: Cecilia Pino
Diseño y diagramación: Paula Salvatierra

Aprobada por Resolución N° 217 del Consejo Federal de Educación el 15 de abril de 2014.

Nueva reflexión que no quiere ser crítica pero lo es:

Lo que carece en la 1ra parte de la Guía, comienza a aparecer en la 2da parte, es decir las verdaderas situaciones de conflictos, y sus distintas formas. Pasando del marco legal, limitante, a una vertiente más positiva en cuanto a análisis realista.

Sin embargo cabe aclarar que algunas recomendaciones parecen bastantes ilusorias. Para ello, analicemos el punto en que un alumno/na tiene un arma de fuego en la escuela.

Se recomienda: “convocarlo” a la Dirección o aislarlo de alguna manera del alumnado; que sea acompañado por más de una persona adulta, las cuales deben ser “elegidas” por sus capacidades de confianza en los jóvenes. Mientras tanto, hay que llamar a la familia y por otro lado a la policía. Pensar en qué se hace con la mochila del alumno, que contiene el arma, ¿la lleva el supuesto tenedor o se la alcanzamos luego? Mantener conversación con el tenedor del arma para que se entere de lo peligroso que es para él mismo, como para otros. Si al final posee un arma de fuego, tiene que ser la policía quien la deberá retirar de la escuela.

Si ya tiene el arma empuñada, que en la guía dice “si muestra”, hay que intentar que apunte para otro lado, que no tenga el dedo en el gatillo, sugerirle que la deje, y cuando por fin lo hace, entonces evacuamos el aula, o al estudiante en cuestión y llamamos a la familia, y a la policía para que retire el arma.

Todo esto llamando a equipos de psicología y demás para contener al alumno.

Sin querer ser “malo”, ¿cuántos de los que han escrito esta guía, se han encontrado frente a un arma que los apunta?, ¿Cuántos han interactuado con personas armadas? ¿Cuántos han logrado la suficiente calma, sangre fría y desinterés por su vida, como para pensar en todos los procedimientos que hay que hacer, sin temer morir, sin temer no ver a su familia una vez más, sin pensar en su propia vida?

Me da que muy pocos docentes hemos atravesado por momentos como la Guerra de Malvinas, u otras circunstancias parecidas de extremas, como para creer que un docente podrá pensar claramente, ante una situación así. O acaso ¿alguien formo a los docentes en estas lides, y no me enteré? ¿Quién puede saber la reacción psicológica, emocional, de todas las personas presentes, desde el que posee el arma, el docente y otros? ¿Nadie ha pensado que intentar seguir estas instrucciones puede ser justamente el disparador de una tragedia?, ¿Quién sabe cuál es el método correcto ante una situación extrema entre humanos?

Puedo aceptar muchas recomendaciones de esta segunda parte, en varios puntos diversos, pero también quiero dejar en claro, que no se puede hacer guías sobre ciertas situaciones, porque simplemente lo humano es irrepetible, por algo las ciencias sociales no se reproducen en laboratorios.

Cada docente que lea esto sabe bien que ante ciertas situaciones como un arma frente a sí mismo, puede hacerle correr, desmayarse, querer arrebatarla, darse por muerto, o sí, intentar convencer.

En lo personal ya viví situaciones parecidas, y sé como actuaría, y ¿Ud.? Yo creo que deberían llamar al equipo de Psicología para contener al docente también, si es que lo podemos reanimar, sí, es una broma. ¿Es una broma?

De todos modos dejo en claro que me parece muy buen material para analizar, y muy detenidamente, por lo bueno y por lo malo, todo es válido, y mejorable a la vez.

Web Master.

Guía Federal de Orientaciones 1. Reflexión.

PARA LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN SITUACIONES COMPLEJAS RELACIONADAS CON LA VIDA ESCOLAR

Coordinación de Materiales Educativos
Coordinador: Gustavo Bombini
Responsable de Publicaciones: Gonzalo Blanco
Corrección: Cecilia Pino
Diseño y diagramación: Paula Salvatierra

Aprobada por Resolución N° 217 del Consejo Federal de Educación el 15 de abril de 2014.

Reflexión que no quiere ser crítica, pero lo es:

Se puede decir que es políticamente, y legalmente “correcta”

Es rescatable que se haga aclaración, sobre que es “un texto para ser leído, discutido, y analizado en forma colectiva”; “un conjunto de sugerencias básicas”; como también es bueno que se aclare en sus principios sobre la “asunción de responsabilidades por parte de los y las estudiantes en relación con las obligaciones que les corresponden” y que “los derechos de niños, niñas y adolescentes implican obligaciones propias”, aparte de las adultas. También es buenos saber que, “no se plantea aquí no vincularse con los medios de comunicación, sino hacerlo con expreso cuidado”, esto sería un avance para terminar con los silencios invocados desde autoridades superiores como obligatorios, dejando lugar al famoso “el que calla otorga” o a las acusaciones sin derecho a defensa de tanto docente acallado.

En cuanto a la violencia que se genera a través de las “redes sociales”, no se ve ninguna solución, dado que falta legislación sobre el tema, y solo muestra lo que de por sí se sabe, intentar prevenir y enseñar, sin invadir territorios. Lo más que hace la guía es indicar que se instale el tema de reportar los abusos a las mismas redes. Pasa luego, a dejar una lista de Organismos para pedir asistencia y denuncia.

Sin embargo, si bien el tratamiento correcto jurídico sobre los derechos de niños y jóvenes, está a la vista no es más que una repetición de otros documentos ya emitidos. E incluso en esta primera parte de la Guía, obvia el tema de las agresiones a docentes, personal directivo, no docente, etc. que también ocurren y en cantidades que superan las decenas de miles, tanto para sus personas como para sus bienes personales. Como así también la violencia de terceros, e incluso la violencia entre personal docente, que otros documentos han tratado, o al menos reflexionado. Si bien deja traslucir que hay escuelas en sectores llamados de riesgo con situaciones de violencia especial, deja muy en claro que todo puede pasar por la estigmatización de sectores sociales, y por discriminación de los adultos y docentes. Lo que a mi entender lleva las situaciones de violencia en las escuelas a una mirada política y jurídica demasiado sesgada, negando ciertas responsabilidades sociales, y políticas.

Carece también entre tanta normativa mencionada, cuál es el accionar del sistema educativo y del Estado, ante la violencia social, dado que todo pareciera ocurrir como por arte de magia, en la propia escuela, siendo la verdad que la violencia en ésta no es más que el reflejo de lo social. Dando una sensación de más de lo mismo, compartiendo reglas de actuación y marcando límites al accionar de las instituciones educativas.

En definitiva, una primera parte normativa, un recordatorio de actuaciones posibles y una remarcación de derechos de los estudiantes.

Su utilidad es sin duda, como tal, como recordatorio de normas, pero en esta primera parte, deja más en claro lo que NO se debe hacer, que lo que se puede hacer o se puede esperar de apoyo del sistema, que de por sí, suele ser escaso, lamentablemente, librando como tantas veces a la buena visión, y experiencia docente, el transitar por estos hechos.

Creo que no seré el único que al leer este tipo de normativas, encuentra muchos vacíos, y una sensación de soledad, sintiendo que se empodera a todos los actores, pero no a la docencia, limitándola a la creaciónde proyectos salvadores, la suerte y la buena predisposición. Tal vez porque todo esto por repetido que sea, no ha sido suficiente para cambiar una realidad que es más contundente que las leyes que se promulgan, con ciertas visiones más políticas que de realidad social.

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