El TEPT se puede dar a cualquier edad, por diversas causas; afectando en diversas formas a las personas, según su personalidad, su entorno social y su contención, la falta de estas circunstancias en forma adecuada produce secuelas de diferentes tipos.
En el caso de un conflicto bélico entre el 15 al 20% de los combatientes caen en TEPT. No son todos, eso está claro, pero ha dado como resultado que habiendo fallecido 649 combatientes argentinos por acciones de guerra, hasta el momento el número de suicidios de combatientes ha llegado cerca de los 600, en cifras que no son oficiales solo llevadas por el monitoreo de organizaciones de ayuda. ¿Que nos asegura que la cifra incluso ya no supera la de muertes en acción?
Se habla de muchas deudas a los combatientes y hay una grieta en cuanto a la apreciación de su participación y el precio pagado. Para algunos el conflicto fue muy breve y no da excusa para tanto, pero olvidan que en un minuto cualquier hecho puede llevar a una persona cualquiera a caer en un TEPT, por muchas causas diferentes.
Sirva estos documentos para conocer lo que es el TEPT, en sí y el caso de los combatientes en Malvinas en especial, dada la fecha. Durante 36 años muchos combatientes, han seguido en guerra y una gran cantidad la ha perdido.
Lic. Pedro Roberto Casanova, Director Programa Piloto Despertar.
PROGRAMA PILOTO DESPERTAR 
Hola, mi querido amigo:
Mi primer pensamiento al leer su entrada fue que es increíble que en pleno siglo XXI tengamos que estar hablando de guerras y sus daños colaterales. Se suponía que la raza humana ya habría superado tales horrores, que los avances de todo tipo harían imposible repetir los errores del pasado, ya sabe, «que el hombre (y mujer) ya no sería ese animal que tropieza dos veces en la misma piedra»…
… Pero ya ve, estamos hablando de lo que no deberíamos estar hablando…
Irremediablemente su entrada trae a mi memoria las vivencias de mi tio-abuelo José López, superviviente del campo de exterminio nazi de Mauthausen en Austria y su estrés postraumático, que padeció hasta el día de su muerte. Usted conoce el caso porque ha comentado mis entradas cuando he hablado de él, lo que quizá no conozca es que presentaba todos los síntomas que se citan:
– Dormía muy mal porque reexpiremantaba en sueños su traumático internamiento durante casi 4 años.
– Evitaba estímulos asociados con el trauma. Siempre se negó a escribir sus memorias, aunque varios periódicos, editoriales y revistas se lo propusieron. Nunca volvió a visitar el campo, como sí hicieron muchos de los otros presos.
– Se evitaba hablar en su presencia de estos temas porque entonces presentaba otro de los síntomas: ataques de ira, dirigidos siempre a la opción política que había hecho su vida un infierno durante 4 años.
Lo que nunca observé en él fue ese síntoma de «la disminución de la capacidad de reacción». Nunca perdió el interés por la vida, la disfrutaba intensamente, quizá para compensar los años perdidos y el sufrimiento que conllevó aquello, y, desde luego, nunca perdió su capacidad de amar, yo diría que fue una de las personas más afectivas que he conocido nunca.
Como tantas veces, termino mi comentario agradeciéndole que me haya hecho reflexionar, y en este caso recordar a alguien tan querido para mí.
Un abrazo doble por eso.
Lamentablemente nada cambia tanto como uno desea cuando se trata de lo humano. Algunos sufren más que otros, algunos son más fuertes, pero, siempre la nefasta manera de ciertos entes es pagada por muchos inocentes que quedan en la vorágine. No queda más que reflexionar y actuar en todo lo posible, para atenuar males y tener ojos abiertos para evitar repeticiones. Saludos mi amiga, siempre interesante su comentario, siempre haciéndome reflexionar a mi también.