Enfrentar la vida con una enfermedad crónica

Todos los que contamos en nuestro diario vivir con el peso de una enfermedad crónica, tenemos retos nuevos que enfrentar cada día, y por ello un aprendizaje que hacer, tal vez también cada día del resto de nuestra vida, porque no es ni será fácil enfrentar tantos retos que se irán presentando. Tal vez el tener una actitud activa en el tratamiento de nuestro padecer nos ayude a sentirnos más fuertes.

En este tipo de enfermedades, las dificultades pueden ser variadas, pocas, o muchas según momentos y nos suelen traer sorpresas continuamente. Pueden ser de pronóstico que ponga la vida en juego, como un cáncer o el SIDA, según los casos, pero también otras por ejemplo el asma, o la artritis, por decir un par, pueden ser tratadas pero estar allí bajo una apariencia de paciente sano, en forma subyacente.

Por supuesto cada enfermedad tiene sus propios síntomas, tratamiento y evolución, más allá de eso no se parecen entre sí. El que padece este tipo de enfermedades no se ve en general como un enfermo crónico, sino que piensa en su enfermedad específica, y eso a veces distorsiona que tiene que actuar sobre sí mismo como auto cuidador por el resto de su vida.

Una enfermedad crónica no es solamente lo que se sufre físicamente, por su largo plazo, afecta también en forma emocional, social y muchas veces económicamente, por los tratamientos y dietas que requiere. Pero, si uno se decide a aprender positivamente sobre su enfermedad, y participar en forma activa para enfrentarla, siempre tendrá un plus.

El tema es que hay que asumir, aceptar y comenzar por consecuencia a actuar sobre uno mismo, se padece una enfermedad crónica, y, o se aprende a convivir con ella, o entramos en problemas. Sentirse vulnerables, confundidos, preocupados por salud, futuro, sentirse decepcionadas con el mundo, caer en iras, o autocompadecerse, sentir que es injusto que sea uno, enfadarse con uno o con los demás, incluso los que se quieren, es hasta cierto punto normal, es tener que enfrentarse, y confrontarse con la enfermedad en sí misma.

Pero, no podemos quedarnos allí, tenemos que darnos cuenta que cuanto más sepamos de nuestra enfermedad, mejor podremos controlar las situaciones que aparezcan y de paso perderemos varios miedos que nos asaltan, esos tremendismos que nos dicen que no podemos y controlaremos lo que debemos hacer al punto que será parte de nuestra vida, y hasta en forma secundaria. Cada vez que nos neguemos a la enfermedad y los cuidados que debemos tener, nos provocamos más dolor y trastornos sin sentido. La ira no sirve, hay que aceptar.

Sin embargo, no es fácil la aceptación para ciertas personas, muchas, por no decir la mayoría, suelen caer en tristezas, depresiones e iras, es decir sufren problemas emocionales en forma constante, pero, si uno comprende los por qué, también se van controlando estos efectos, se van identificando las emociones y cuándo se producen y poder buscar entonces la mejor manera de expresarlas. Las emociones suelen ser aliadas pero también pueden ser nuestras enemigas.

Lo ideal es intentar buscar la no dependencia en cada cosa que sea posible ya sea emocional, o física, aunque implique mayores retos, esto nos ayuda a no sentirnos ni dependientes, ni frustrados, y a la vez el estar activo nos hace sentir capaces de enfrentar algo más cada día. No debemos dejar que la enfermedad nos quite todo incluso y sea lo que nos represente ante los demás, uno debe ser una persona con una enfermedad, no una enfermedad hecha persona, somos mucho más que eso y entonces debemos buscarnos mecanismos para continuar, incluso tener rutinas establecidas.

Sin lugar a dudas, padecer una enfermedad crónica, y aprender a convivir sin remedio con ella, lleva tiempo, mas con el esfuerzo y la decisión podemos adaptarnos a cosas que ni siquiera creíamos poder, se verá cada vez que un reto nuevo y sorpresivo nos haga reaccionar. Veremos que siempre podemos resistir un poco más de lo que creíamos.

Deberíamos ante el reto dado, despertar a nuestras fortalezas, que seguro las tenemos y aprender a soportar nuestras debilidades, que también sabemos poseemos. Pero, en esta realidad que se debe enfrentar, que no podemos obviar, se puede descubrir que uno puede hacer mucho más de lo que jamás haya siquiera pensado o imaginado.

Sí, sé que es difícil muchas veces emprender el día, desde el levantarse tenemos mucho que enfrentar, cuesta el día a día, y lo emocional suele pesar mucho. Pero, debemos aferrarnos a nuestro ser, porque no hay culpables, no son los otros que no padecen lo que padecemos, ni somos nosotros que tenemos que padecerlo. Es muy buena la ayuda de los demás, pero mucho mejor es entender que debemos pelear nuestras batallas.

Algunas pautas de aceptación para una enfermedad crónica:

  1. Reconoce que a pesar de tu enfermedad, en ocasiones puedes encontrarte relativamente bien, y que hay épocas en las que estás algo mejor.
  2. No te centres solo en las limitaciones que te genera este problema de salud. Es decir procura enfocarte siempre en actividades que puedas realizar, aún con esfuerzo y no tanto en las cosas que ya no puedas hacer.
  3. No te compares respecto a cómo están y funcionan los demás, tú tienes una enfermedad crónica y ellos no, no es justa esta comparación.
  4. No te anticipes sobre tu proceso, dramatizando posibles complicaciones y/o incapacidades en un futuro. Intenta vivir el momento presente.
  5. Busca razones para seguir adelante, mantén tu autoestima.
  6. Detecta tus emociones negativas, en especial la ira y la frustración, no las bloquees, pero no hagas de esto un quererlo juzgar todo y a todos.
  7. Busca tener más control sobre tus procesos de enfermedad, seguro puedes manejar y mejorar varias cuestiones.
  8. Explica a los tuyos que necesitas de ellos y como pueden ayudarte, pero tampoco olvides avisarles cuando te encuentres mejor. Te lo agradecerán.
  9. Permite que los tuyos también expresen sus opiniones, dudas y/o frustraciones; acéptalo como algo natural.
  10. Asume que necesitarás tiempo para todo el proceso a seguir y los cambios en tu vida que supone, y asume igualmente que los demás también necesitarán ese tiempo para comprender y adaptarse a tu situación, dado que todos tenemos derecho a vivir, y los que padecemos estas enfermedades, debemos procurar también tener nuestro bienestar, pero ver el de los demás realizarse.

Lic. Pedro Roberto Casanova.

enfermedades-cronicas

Prevención de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles y Promoción de Hábitos de Vida Saludables

– Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá, 2007
– Organización Panamericana de la Salud, 2007
Elaborado por la Licda. Elizabeth León, durante su práctica profesional realizada en OPS/OMS en Honduras, bajo la supervisión de la MSc. Adriana Hernández, coordinadora de la Cooperación Técnica del INCAP/OPS en Honduras, y la revisión, validación académica y comunitaria por parte del Dr. Julio Alberto Colindres.