Cada año más niños (y adolescentes diagnosticados tardíamente), afectados por un TEA, llegan a las aulas, y esto va generando incertidumbre en la docencia, porque no han sido preparados para muchas de la eventualidades que se van presentando. Desde ya en un post, no podré bajo ninguna forma indicar todas las características posibles, pero al menos podemos realizar, digamos, una pequeña introducción.
Lo primero es recordar que los TEA son muy variables de un individuo a otro, si el docente ya tuvo contacto con algún caso, tiene más idea, pero igualmente no todos son iguales y por lo tanto uno se tiene que adaptar al contexto que se va presentando en cada caso en concreto. Lo que da réditos en uno no lo hace en otro, por lo tanto la conversación constante con los padres nos da información para intentar nuevas formas.
Otra cosa a recordar es que los comportamientos considerados negativos de parte de estos alumnos, pueden ser una forma de expresión, una forma de queja, de pedir ayuda para salir de algo que los hace sentir mal, que lo presiona, que no comprende, y por lo tanto necesita de una acción y/o una respuesta. No se “porta mal” porque sí, como todos tiene un motivo, y sería bueno tomar nota de en qué circunstancias previas sucede el hecho, ¿qué personas lo rodeaban?, ¿Es bajo una hora del día en especial? ¿Qué sucedía a su alrededor?, esto nos puede dar claves para ir previniendo hechos y evitando reacciones. Portarse “mal o bien” es una comunicación en sí, algo nos lleva a la reacción de sentirnos molestos o relajados, y a su manera es una forma de lenguaje en los TEA.
Evidente que un docente debe adaptarse y adaptar su enseñanza a una forma de aprendizaje particular, pero como en cualquier otro alumno hay que saber encontrar potencialidades, y cualidades que siempre están allí. Para ello, hay que organizarse, las cosas se hacen paso a paso, en secuencia, bajo instrucciones muy claras y precisas, una de las cuestiones de los TEA que hay que asimilar es que no comprenden los dobles giros del lenguaje, o las cuestiones “surrealistas”, manejan un pensamiento concreto, pero también puede que lo que ayer lo entendía, hoy no, así que el lenguaje siempre simple, claro y concreto. Para esto la imagen es de gran ayuda, mostrar una imagen o fotografía de cómo se quiere el proyecto terminado por ejemplo ahorra muchos esfuerzos, y facilita comprensión.
No suelen prestar atención si uno habla en “general” a la clase, lo hacen más fácilmente cuando se los trata en forma individual, es decir en primera persona, porque es muy probable que no capte que los que se les dice a “todos”, sea también para sí. Y sí, tal vez sea necesario repetir información, para asegurarse.
Esa necesidad de lo concreto nos tiene que hacer cambiar algunas formas de dirigirnos, no le damos a elegir en una amplia gama de cosas, ni generalizamos, es “¿quieres esto o lo otro”, porque el “¿Qué quieres?, lo suele colocar en un conflicto” y entonces las opciones deben ser muy pocas. Las rutinas los ayudan, y el darle avisos con antelación de lo que viene también lo hace. Carecen de mucha flexibilidad, de paciencia y son poco adaptativos, no se llevan bien con los cambios, o las cuestiones sorpresivas, por lo tanto deben ser preparados y avisados, para evitar crisis, dado que caen en ansiedades y rabietas ante esto.
Necesitan paciencia, delicadeza en el trato, comprensión de sus tiempos, utilización de lo visual, figuras, imágenes, fotografías, herramientas vistosas para mantenerse concentrados. Y por qué no la utilización de la tecnología, un ordenador o pc, una Tablet, un Celular, pueden ser de gran ayuda, no olvidemos que existen app y programas para TEA.
Estos son solo aspectos generales, vuelvo a repetir que cada caso debe ser encarado en su contexto y en sus variables. Pero aprender más, leyendo más sobre el autismo en los artículos que existen en este blog, o en muchos lugares de la Net, o en muchos libros y artículos sobre el tema, nos puede orientar, nos puede despertar la creatividad como docentes y definir la realidad hacia lo positivo.
Lic. Pedro Roberto Casanova
Les dejo como lectura una conferencia de Ángel Rivière Gómez (Madrid, 16 de junio de 1949-12 de abril de 2000) fue un psicólogo y científico cognitivo español, especialista en niños con trastorno autista, un clásico si los hay, pero que nunca viene mal releer.